miércoles, 17 de abril de 2013

Desorientada

Hoy encontré el siguiente mensaje en face:

"Hola como andas? vos trabajaste en la biblioteca mentruyt? como lograste empezar a trabajar ahi? tenes que hacer algun curso en particular? tener algun conocimiento especifico? porque estoy interesado en trabajar ahi porque considero que seria importante para mi trabajar en un lugar con tanta historia como la biblioteca mentruyt, cualquier dato que puedas darme te lo agradeceria, saludos."

Y no sé cómo seguir luego de estos planteos...


martes, 9 de abril de 2013

A mi profe, con cariño

Por casualidad, o no tanta, me topé sin querer (o queriendo) con el blog* de una profesora de la secundaria. Ni bien empecé a leer me trasladé, indefectiblemente, a mis días de colegiala. Le comenté a dicha señora que podía narrar con visión de estudiante mis recuerdos de ella si se animaba a describirme a mi... y reto mediante, acá estoy, tratando de cumplir mi parte.

Para situarlos a ustedes, queridos lectores, les comentaré que transcurría la década de los 90. Yo venía de una escuela primaria que me había maltratado (compañeros y señoritas), pero con la seguridad de lo que quería aprender. Fue así como a mis 12 años ingresé a la Escuela Técnica. Para mi, los mejores 6 años de mi vida.

No todo fue color de rosa, claro, pero digamos que en mi primer año todo lo parecía. Creo que la primera profesora que tuve fue Pérez, de lengua y literatura, con su mínimo metro cincuenta de alto y apenas 40 kilos, nos dió la bienvenida a la casa de estudios que nos acogería por el período antes mencionado (claro, si soportábamos la doble escolaridad y las exigencias curriculares).

Pero no es de esta querida profesora de la que vengo a contar, sino de la profe Mileo, de Historia y Educación Cívica.

Físicamente también menuda (como la de lengua), con ojos chispeantes, mente sagaz y comentarios sarcásticos, nos puso en vereda muy pronto. Sus clases (si no eran de las primeras horas de la madrugada) solían ser muy entretenidas, mezclando Tarzán y los egipcios sin que le temblara la voz. En segundo la tuve en Educación Cívica, y sus comentarios sobre política y sociedad eran mucho más audaces, pero siempre con un discurso que creo (ahora) no todos entendíamos. Era como si de profesora nos hubiese tocado a la mismísima Libertad, amiga de Mafalda (aunque con pinceladas de Felipe).



Y me pegó fuerte. Muy fuerte. Acá, en la sesera. Y no sé si para bien o para mal, me dio una manera de ver lo que me rodea, me enseñó a ser crítica, a no dejarme convencer así no más, a que a la autoridad hay que cuestionarla por las dudas, a que la historia y la educación cívica son mucho más que aprenderse nombres, fechas y artículos constitucionales (esta última es quizás una justificación mía a la imposibilidad de retener fechas, nombres y artículos).

Muy a pesar de ella, la creo una persona admirable y cuenta con todo mi cariño. Y acá va mi muy escueto homenaje a una de las pocas profesoras que realmente me enseñó algo.


* Los invito a pasar por el blog de mi profesora, estoy segura que me encontrarán entre líneas, realizando alguna tarea, obviamente. :
Perdón por mi docencia: http://perdonpormidocencia.blogspot.com.ar/